Cuando nos presentan una figura nueva o un problema ambiguo, nuestro cerebro consciente se siente perdido y tiende a buscar respuestas conocidas, tratando de interpretar desde nuestro punto de vista aquello que nos desconcierta. Hay que ser flexibles y aceptar un poco de
ambigüedad, para lograr la solución de problemas complejos.
Docente de Creatividad Empresarial - Tecnar